En la descolonización de África iniciada a mediados del pasado siglo XX, que condujo a la formación de nuevos Estados, el caso del Sahara Occidental constituye un asunto único, algo que pareciera objeto de manipulación. Es un conflicto que no se quiere concluir según lo establecido, y que además reviste matices vergonzosos.
El tema es actualmente una cuestión de inexplicable solución que pudo haberse zanjado fácilmente, pero que ahora transita por los intereses de las grandes potencias, en que: la decisión confusa y miserable de la España colonizadora al repartir el territorio, la intransigencia expansionista de Marruecos, la presencia hegemónica de Francia, primero, y de Estados Unidos, después, así como las características del protagonismo de la ONU, han sido determinantes.
Resulta un escenario de más de tres décadas, en que una parte de la población saharaui autóctona soporta el exilio en campos de refugiados de un agreste desierto, mientras la otra sufre la represión, que le impone el ocupante marroquí en su propio territorio. Se origina así una situación violatoria del Derecho Internacional tras la interrupción del proceso de descolonización en este caso, y de falta de respeto a los derechos humanos que la ONU está comprometida en solucionar.
Ha transcurrido mucho tiempo desde que el régimen franquista de España se despojó medrosamente de esta colonia que le era imposible defender sin la ayuda de Francia a finales de 1975, y que entregó sin justificación legal y moral a Marruecos y Mauritania.
Al asumir la dirección del reino, Mohamed VI, como figura joven y aparentemente moderna, parecía proclive a una mayor comprensión del asunto saharaui, pero contrariamente a lo que algunos esperaban, presenta la misma posición de terquedad que mostraba su padre.
El tema es actualmente una cuestión de inexplicable solución que pudo haberse zanjado fácilmente, pero que ahora transita por los intereses de las grandes potencias, en que: la decisión confusa y miserable de la España colonizadora al repartir el territorio, la intransigencia expansionista de Marruecos, la presencia hegemónica de Francia, primero, y de Estados Unidos, después, así como las características del protagonismo de la ONU, han sido determinantes.
Resulta un escenario de más de tres décadas, en que una parte de la población saharaui autóctona soporta el exilio en campos de refugiados de un agreste desierto, mientras la otra sufre la represión, que le impone el ocupante marroquí en su propio territorio. Se origina así una situación violatoria del Derecho Internacional tras la interrupción del proceso de descolonización en este caso, y de falta de respeto a los derechos humanos que la ONU está comprometida en solucionar.
Ha transcurrido mucho tiempo desde que el régimen franquista de España se despojó medrosamente de esta colonia que le era imposible defender sin la ayuda de Francia a finales de 1975, y que entregó sin justificación legal y moral a Marruecos y Mauritania.
Al asumir la dirección del reino, Mohamed VI, como figura joven y aparentemente moderna, parecía proclive a una mayor comprensión del asunto saharaui, pero contrariamente a lo que algunos esperaban, presenta la misma posición de terquedad que mostraba su padre.
Aunque los medios occidentales publican muy poco, mientras el régimen marroquí lo oculta, la represión policial y militar de las tropas ocupantes hacia la Intifada es de un gran salvajismo, pues se tortura y desaparecen personas sin que haya reclamos y denuncias efectivas por parte de los organismos internacionales, existiendo un total irrespeto y desprecio por parte de las autoridades marroquíes hacia los funcionarios y fuerzas de la MINURSO. No obstante, los dirigentes del Frente Polisario y el pueblo de la República Árabe Sáhara Democrático continúan resistiendo con la mejor disposición para el logro de un entendimiento que permita que se efectúe, de acuerdo con lo estipulado y sin más aplazamientos, el acordado referéndum de autodeterminación, que es el mecanismo creado para zanjar dicho conflicto, según la ONU.
Por el momento este mecanismo ha sido renovado en el abril de 2010 pues la fecha instaurada inicialmente ha finalizado sin resultado aparente.
Adjunto aparece en este link la traducción de la carta que Mohamed Abdelaziz, presidente de la RASD, escribe a Ban Ki Moon, presidente de las Naciones Unidas reprochándole el nulo movimiento que ha existido apoyando a la causa saharaui, la invalidez de la Minurso y del trabajo de Christopher Ross (actual enviado de las naciones unidas para las cuestiones del Sáhara) y demandando sobre todo el que echen la vista para otro lado con la cantidad de infracciones de derechos humanos que se suceden diariamente en los territorios ocupados por los marroquíes.
http://www.kaosenlared.net/noticia/carta-sg-frente-polisario-mohamed-abdelaziz-sg-onu-ban-ki-moon
Por el momento este mecanismo ha sido renovado en el abril de 2010 pues la fecha instaurada inicialmente ha finalizado sin resultado aparente.
Adjunto aparece en este link la traducción de la carta que Mohamed Abdelaziz, presidente de la RASD, escribe a Ban Ki Moon, presidente de las Naciones Unidas reprochándole el nulo movimiento que ha existido apoyando a la causa saharaui, la invalidez de la Minurso y del trabajo de Christopher Ross (actual enviado de las naciones unidas para las cuestiones del Sáhara) y demandando sobre todo el que echen la vista para otro lado con la cantidad de infracciones de derechos humanos que se suceden diariamente en los territorios ocupados por los marroquíes.
http://www.kaosenlared.net/noticia/carta-sg-frente-polisario-mohamed-abdelaziz-sg-onu-ban-ki-moon
Beatriz Moreno
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