El día 2 de Abril de 2010 tuve la posibilidad de vivir una gran experiencia, acudí a la manifestación de la Columna 2010 en frente del muro de la vergüenza que Marruecos colocó sobre las fronteras del Sáhara Occidental.
La columna es un grupo de personas que tras haber asistido a los campamentos con anterioridad y siendo conscientes de la dura lucha saharaui por la autodeterminación, desde el año pasado instauraron esta forma de protesta que consiste en situarse frente al muro unidos unos a otros de la mano como símbolo de la lucha pacífica que siempre ha caracterizado al pueblo saharaui.
Esta organización pretende traspasar la barrera mediática y recordar a la opinión internacional que el muro sigue ahí, existe y se mantiene por intereses puramente económicos.
No sé si consiguieron sus objetivos mediáticos, lo que sí sé es que varios medios españoles y sobre todo extranjeros acudieron a la cita para cubrir la manifestación. Algunos quizás buscaban el morbo, pues el año pasado hubo un incidente y un joven saharaui perdió una pierna con una mina antipersona por traspasar las barreras, otros quizás sólo almacenaban cintas y cintas de grabación para emitir solo unos tristes 30 segundos o simplemente enviarlas directamente al archivo. Pero lo que si era seguro es que estaban allí, frente al muro con nosotros.
Comenzamos la mañana sin saber muy bien exactamente el funcionamiento de la manifestación, nosotros llegamos en nuestro Land Rover y comenzaron a llegar camiones y camiones plagados de saharauis y simpatizantes, con megáfonos, banderas e insignias saharauis.
Por todos lados se respiraba el fervor que esta manifestación traía consigo, se palpa la angustia de un pueblo que lleva 34 años encerrado en el desierto, un desierto que no les pertenece, mientras que sus tierras, sus campos, sus mares, sus minerales se encuentran en manos intrusas.
Todos cogidos de la mano avanzamos hacia el muro. Cada uno tiene su particular forma de expresarse; decenas de cometas vuelan en el cielo para que las puedan ver los marroquíes, algunos han decidido hacer todo el camino a bici, otros prefieren gritar al son de cantos que claman por un Sáhara Libre.
Así finaliza el momento de la columna 2010, todos fundidos en una larga fila de personas comprometidas con la causa y cogidos de la mano. Afortunadamente esta año no hay ningún percance del que hablar, se han multiplicado las medidas de protección y han sido eficientes.
Para culminar el acto, por la tarde acudimos a varios conciertos de música saharaui que ofrecen como agradecimiento a todos aquellos extranjeros que han tomado parte en la lucha.
Beatriz Moreno
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